Autor: Mariano Schuster
Entrevista a la intendenta Mónica Fein y a la candidata Verónica Irizar
Desde el triunfo del socialismo en 1989, Rosario se convirtió en la principal ciudad progresista del país. Los progresistas rosarinos iniciaron un camino de transformación que los llevó a construir una ciudad que mira al río, que desarrolla cultura abierta, que apuesta a la participación ciudadana, que implementa una política educativa de excelencia, y un modelo de salud pública modélico. En esta entrevista, la intendenta Mónica Fein y la nueva candidata del socialismo Verónica Irizar, cuentan en detalle cómo se vive y cómo se gestiona Rosario. A la vez, destacan las políticas públicas con perspectiva de género y resaltan el rol de la mujer en la construcción del progresismo rosarino.
En términos nacionales, Rosario fue la primera ciudad importante en ser gobernada por el Partido Socialista, ¿qué significa para ustedes la tradición socialista en la ciudad?
Mónica Fein (M.F): Desde que el Frente Progresista se instaló en la ciudad, prácticamente nada quedó igual. Lo que cambió fundamentalmente fue la manera de entender la esfera pública porque se tomó la decisión de construir un Estado abierto, participativo, cercano y permeado por la sociedad civil. En consecuencia, todas las áreas de la ciudad fueron modificadas porque se jerarquizó lo público, se lo valorizó en tanto órgano colectivo. Bajo esta perspectiva cambiaron los barrios, gracias a importantísimas obras de transformación. Pero esencialmente considero que Rosario tiene una mirada distinta respecto de lo cultural, ya que se tornó más participativa, más exigente y más respetuosa de la diversidad. De hecho, creo que ese cambio cultural me permitió, como mujer, llegar a la intendencia cuando actualmente siguen siendo pocas las que ejercen este tipo de representación.
Si uno recorre Rosario, puede ver que es muy diferente luego de treinta años de socialismo. No porque se defina como tal si no porque ha tomado muchos de los valores que el socialismo propone. Nos definimos como una sociedad solidaria, trabajadora, orgullosa de lo colectivo, de la salud pública, del espacio público. Esos son los valores que se han trasmitido desde el socialismo y también es una sociedad que se cree capaz de alcanzar todos sus sueños. Es una sociedad con mucha autoestima colectiva. El socialismo ha dejado en la ciudad marcas culturales, además de obras emblemáticas.
Mónica Fein: Rosario es muy diferente luego de treinta años de socialismo porque ha tomado mucho de los valores que el socialismo propone.
Verónica Irizar (V.I): Creo que lo que hemos hecho en Rosario es lo que se espera que suceda a nivel nacional. Demostramos, como decía recién Mónica, que se puede gobernar seriamente con un proyecto claro de políticas públicas, y que cuando éstas se sostienen en el tiempo se refleja palpablemente en los indicadores de la ciudad. Sostener las políticas públicas forma parte de las decisiones troncales dentro de nuestro proyecto de ciudad. Quienes iniciaron el camino socialista en Rosario tuvieron la capacidad de pensar una ciudad distinta pero también de llevarla adelante a través de una planificación adecuada para la comunidad. De manera que, en ese proceso, la ciudadanía se apropió del proyecto urbano que se propuso: una ciudad que mire al río y que pondere los espacios públicos. En la década del 90, la ciudad tenía 1m2 de espacio verde, ahora tiene 12,5m2, y sigue creciendo. Además, contamos con el mejor sistema de salud pública producto de políticas sostenidas en la planificación de la salud pública, y donde la salud se concibe efectivamente como un derecho. Los resultados de una gestión de estas características son visibles: hay un centro de salud de atención primaria a menos de quince cuadras de cada persona que vive en un barrio vulnerable; dos hospitales de alta complejidad, como el Clemente Álvarez (HECA) y el Alberto Luis Videla; maternidad de primer nivel, donde se aplica el concepto de parto respetado; en definitiva, una red de salud sólida que incluye producción pública de medicamentos genéricos y suero. En este sentido, la reforma del Estado fue fundamental. Hermes Binner pensó en un Estado más cercano a la gente, por lo que creó seis distritos, generó grandes edificios diseñados por los mejores arquitectos de cada uno de esos distritos y acercó el gobierno municipal a los vecinos. Junto a una política social y cultural se generó un impacto sustancial en este sentido.
Verónica Irizar: La ciudadanía se apropió del proyecto urbano que se propuso: una ciudad que mire al río y que pondere los espacios públicos.
¿Qué implicó el hecho de que Rosario fuese ganada por el socialismo en un momento en el que el país se acercaba a la ola neoliberal con el gobierno de Menem? ¿Constituyó un contrapunto con lo que se hizo a nivel nacional?
M.F: Cuando los socialistas tuvimos la oportunidad de llegar a la intendencia en 1989, comenzamos a incorporar una visión contrahegemónica en relación con lo que pasaba en el resto del país. Construimos junto a la sociedad otro tipo de valorización de las cosas por eso hoy Rosario no tiene duda en el valor de lo público, se siente orgullosa de lo que ha constituido. En los noventa, cuando todo era privatización, Rosario comenzaba a fabricar medicamentos, cosa que sigue haciendo y es un ejemplo de valor para todos los rosarinos. Cuando la mayoría de los lugares sobre el río, los espacios más costosos, se privatizaban, en Rosario se lograba sacar del lugar central de la ciudad a empresas multinacionales que tenían el puerto y recuperarlo para la comunidad. Esas luchas contrahegemónicas que dio el socialismo fueron impregnando a la sociedad, por lo que creo que hoy en día somos una sociedad progresista. No porque se adhiera con un voto sino porque conceptualmente es lo que espera el rosarino o cree que es capaz de construir.
V.I: Desde mi perspectiva y coincidiendo con Mónica, Rosario es el faro del progresismo en la Argentina. El menemismo se instaló con una lógica peronista pero luego demostró un trasfondo de reducción estatal, de la mano del Consenso de Washington, de las privatizaciones. Se trató entonces de una descentralización que solo generó más desigualdad a nacional, en tanto que, trasladó el déficit del Estado nacional al provincial. Además, se descentralizaron servicios, como la salud o la educación, lo que generaron más asimetrías y desigualdades regionales. En contraposición, Rosario inició un camino diferente, que buscó incluir y generar condiciones de igualdad a través de un Estado social visible en una red de contención inexistente en el resto del país. A su vez, fue un progresismo transparente y honesto. El proyecto rosarino se caracterizó por la transparencia, es una cuestión natural para nosotros que estamos acostumbrados de esta manera y no consideramos que sea algo para distinguir. Sin embargo, cuando se observa la política argentina, en gobiernos de distinto signo político, vemos un panorama muy diferente.
Mónica Fein: Cuando los socialistas tuvimos la oportunidad de llegar a la intendencia en 1989, comenzamos a incorporar una visión contrahegemónica en relación con lo que pasaba en el resto del país. Mientras el menemismo privatizaba, en Rosario se lograba sacar del lugar central de la ciudad a empresas multinacionales que tenían el puerto y recuperarlo para la comunidad.
¿Se modificó la concepción de lo público que tiene la ciudadanía a partir del gobierno socialista?
M.F: Basta venir aquí y ver la multitud en un espacio público, lo que significa la cultura, cómo los sectores políticos ya no discuten cuestiones que antes eran imposibles de discutir y van por más de lo que construimos. Nadie es capaz de discutir el valor del Estado, de la salud pública, en todo caso, se plantea que hay que profundizar o avanzar en ese camino. Incluso los sectores que en otras ciudades no lo hacen acá tienen otro discurso, producto de una cultura que se ha construido. Eso es algo que se reforzó articuladamente con la provincia de Santa Fe, cuando hace once años se ganó la provincia y se constituyó otra lógica de organización, de trabajo, de cercanía, de participación, de mirada estratégica. Rosario hoy mira en forma estratégica el futuro, enfrenta la coyuntura, que es dura y difícil, con mucha valentía. Tiene una mirada a mediano y largo plazo que, al igual que en la provincia, instaló el socialismo, el progresismo, para seguir construyendo la ciudad.
Verónica Irizar: A principios de la década del 90 Rosario inició un camino que buscó incluir y generar condiciones de igualdad a través de un Estado social visible en una red de contención inexistente en el resto del país.
V.I: En Rosario es notable el cambio de mentalidad respecto de lo estatal. Incluso quienes no son usuarios de lo público valoran lo público. La salud pública, por ejemplo, es valorada por los opositores. Eso refleja la capacidad de apropiación de las políticas públicas por parte de la población.
Actualmente, se vive un momento complejo a nivel nacional pues volvió a instalarse una política neoliberal que demoniza al Estado. En consecuencia, nuevamente se plantea su achicamiento y el ajuste fiscal. En un contexto así, creo que es natural que la ciudadanía se muestre enojada con lo público, porque a nivel nacional se ha vivido un proceso en el cual el Estado Nacional ha tenido cada vez mayor presión fiscal, se ha quedado con más recursos del sector privado y no ha habido una correlación en las prestaciones o en las obras que el mismo debería garantizar. Entonces, es lógico que la gente tenga una mirada negativa en lo relativo al pago de impuestos, sobre todo con el crecimiento de la presión tributaria y, más aún, con los tarifazos recientes. En los ’90 y principios del 2000, la presión tributaria argentina era del orden del 20% y ahora supera el 35%. Asimismo, todos los recursos han quedado en un Estado Nacional que cada vez tiene menor injerencia en la vida de la gente.
Es preciso recordar que Rosario, de manera sistemática, no ha tenido el trato que se merece por parte de los gobiernos nacionales. Desde el regreso de la democracia, no hemos tenido la importancia en términos de la asignación presupuestaria ni de obra pública. De hecho, las obras que hemos tenido fueron muy limitadas, sobre todo si se tiene en cuenta que es una de las ciudades más importantes del país, después de Buenos Aires, y lo que aporta impositivamente.
Rosario fue una de las primeras ciudades de la Argentina en aplicar el presupuesto participativo, una política que también se adoptó en Montevideo y de la mano de una fuerza progresista como el Frente Amplio. ¿Qué pasa con la participación ciudadana en Rosario? ¿Se perdió un poco la participación?
V.I: El presupuesto participativo fue un gran instrumento que se originó en el 2002, luego de la gran crisis social y económica que tuvo el país. Esta propuesta surge como resultado de la proximidad con ciudadanía, fue una construcción conjunta con los vecinos: construimos una herramienta de participación acorde a la idiosincrasia de la ciudad. No fue sencillo, tuvimos que atravesar una serie de desafíos territoriales y, al mismo tiempo, fue difícil lograr involucrar a los sectores medios. Aunque los vecinos no participan tanto en el proceso de construcción de los proyectos, sí colaboran mucho en la elección de los proyectos finales. Creamos nuevas herramientas, como las mesas barriales que constituyen un lugar de intercambio con el Estado local, de planificación, de construcción de consenso, de resolución de conflictos.
M.F: La participación es fundamental para entender un Estado y una sociedad más democráticos. La política sin participación carece de ese contenido social que debe desarrollar. Rosario es una ciudad muy participativa. Como decía recién Verónica, el presupuesto participativo ha sido una gran herramienta que se ha desarrollado a través del tiempo y que en el último proceso tuvo más de 100 mil personas que votaron. Pero no es la única herramienta, también tenemos los concejos barriales y el Concejo Económico y Social. No nos imaginamos ningún proceso de la ciudad sin construirlo junto a los vecinos. No nos imaginamos ningún proceso de la ciudad sin construirlo junto a los vecinos. Cada uno de los temas, desde los más desafiantes como la igualdad de género, los discutimos con las organizaciones sociales de la sociedad civil. No pensamos en un Estado que tiene los saberes exclusivos sino creemos que tiene que encontrarse con la sociedad civil para construirlos. Obviamente con una direccionalidad, hacia la igualdad, hacia la participación, hacia la creación de mayores oportunidades. Los procesos que hemos ido construyendo respecto de los temas que preocupan a nuestra comunidad lo hacemos desde el Concejo Económico y Social y desde los concejos barriales. A ninguna secretaría, ni siquiera a las más rígidas, como las de Obras Públicas o la de Espacio Público, se le ocurre que ese proceso pueda resolverse sin sentarse con los vecinos a programar cómo enfrentar ese problema. El saber del vecino realmente cambia el Estado, es como un encuentro de expertos. Porque aunque uno pueda tener algún funcionario que se haya recibido en la universidad y que sepa muchísimo de trasporte público, por ejemplo, pero no hay nadie más conocedor de lo que pasa en el trasporte que el propio usuario. Por eso, nuestro plan de movilidad, nuestro plan ambiental, han sido discutidos con la sociedad, construidos con la sociedad.
Ahora estamos con Rosario 2030, pensar y soñar con Rosario 2030, junto con asambleas ciudadanas, con participación, de distintos actores que planifican y sueñan a la ciudad. La participación se debe encontrar en cada tema. Es difícil hoy pensar en una única herramienta de participación. El presupuesto participativo es extraordinario y está muy asumido por la sociedad como una herramienta poderosa. Es común encontrarte en la ciudad con alguien que te diga que es consejero del presupuesto participativo, y eso es un tema que los hace sentir parte de las decisiones de ciudad que sueñan. También hay múltiples organizaciones sociales que contribuyen en distintas temáticas específicas. Por ejemplo, la semana pasada inauguramos un centro de adopción de animales, y se construyó junto con las organizaciones protectoras de animales porque su mirada en los derechos animales es un actor a tener en cuenta. Cada una de nuestras acciones políticas se confrontan todos los días con la mirada y la acción de la sociedad. Eso está muy arraigado, que el vecino pueda participar y discutir la solución aportando su mirada permite encontrar en el Estado un espacio abierto. Entendemos que hay saber que no hay que desaprovechar sino tomarlo como insumo fundamental para abarcar una problemática.
¿Cómo se acerca e socialismo a los barrios y a los sectores más postergados que tradicionalmente han sido asociados a otras fuerzas políticas, particularmente al peronismo? ¿Es un mito que el socialismo es un partido de clases medias?
V.I: Que el socialismo se centre en las clases medias es un mito. Es una idea desarrollada y capitalizada por la oposición para decir que solo hacemos cosas en el centro de la ciudad o en el río y no en los barrios. Nosotros tenemos un instrumento muy fuerte de gobierno, que se articula a nivel provincial también, y es el Plan Abre. Es un programa con una mirada política integral de los sectores más vulnerables de la ciudad, con una lógica estatal que rompe los compartimentos estancos de secretarias y ministerios, e incluso de las jurisdicciones provinciales y municipales, al momento de abordar cada territorio. De esta manera, se genera acceso a los servicios más básicos, como la luz y el agua segura, se abren calles, se urbaniza, se ilumina. Pero no consiste solamente en un trabajo material, de darle al barrio las cosas que necesita, sino que también se piensan estos espacios desde su dimensión social. En este aspecto, se resuelven problemáticas diversas en torno a la salud, la educación, la inclusión laboral, la documentación, la economía social, etc.
Verónica Irizar: Que el socialismo se centre en las clases medias es un mito. Es una idea desarrollada y capitalizada por la oposición. Alcanza con ver lo que hemos desarrollado con el plan ABRE, una propuesta verdaderamente transformadora con la que nos acercamos a los sectores más vulnerables. Estamos en cada uno de los barrios cambiando la realidad.
Cuando vemos el informe del Observatorio Social de la UCA, donde se habla de pobreza no solo en términos materiales sino también de su carácter estructural, dado por el déficit habitacional, la dificultad de acceso a servicios básicos, desearíamos que un proyecto como el nuestro tuviera alcance nacional. El Plan Abre tiene una mirada integral de la pobreza, no creemos que con un subsidio se resuelve la situación de los sectores más vulnerados de la ciudad, sino que creemos que es necesario integrar formalmente esas familias a la ciudad. Además, consideramos fundamental la cuestión educativa y a través del Nueva Oportunidad, que es una política que se desprende del Plan Abre, incluimos a los jóvenes más vulnerables mediante capacitaciones en oficio, que les permita formar parte de algún proyecto de economía social, de un consorcio social o de un trabajo del mercado laboral formal.
M.F: Creo que lo que plantea Verónica es muy claro. Y quisiera agregar que en Rosario, antes del gobierno progresista, los sectores más vulnerables vivían en una gran indefensión.
En términos de políticas públicas, nosotros hemos tenido un compromiso sustancial con los más débiles, con los más postergados. Hemos garantizado una salud pública de calidad para absolutamente todos. Eso significa que cualquier ciudadano sabe que la salud pública es de mejor y mayor respuesta que cualquier otro sector de la salud. Hemos jerarquizado junto a la provincia la educación pública, que hoy es una referencia nacional. Pero además hemos entablado una lucha de mejora del territorio, y de cara al territorio, porque tenemos una sociedad desigual. Con distintas acciones, desde el Rosario Hábitat, con Hermes Binner, hasta el Plan Abre, que hoy hacemos junto a la provincia. De esta manera, buscamos que cada uno de los territorios más vulnerados de nuestra ciudad, que más dificultades han tenido para desarrollarse en lo urbano y en lo social, tengan una propuesta participativa y contundente de todas las áreas municipales y provinciales. Aspiramos a llegar con todos los servicios, mejorar las infraestructuras, pero también que construir más ciudadanía, a través de los consejos barriales. Creemos que es fundamental pensar en qué hacen los jóvenes. Por eso tenemos 365 clubes, somos la ciudad de Argentina por número de habitante que más clubes barriales tiene, a quienes apoyamos y damos infraestructura para que sigan construyendo oportunidades en nuestros jóvenes. También tenemos 14 polideportivos, 12 escuelas de distinto tipo de cultura, con talleres y procesos culturales en todos los puntos de la ciudad. Comprendemos que el mayor desafío tiene que ver con construir futuro. En consecuencia, hemos construido procesos para que los jóvenes tengan capacitación, inserción laboral, procesos de inclusión. Tal es así que para nosotros uno de los indicadores más importantes es que ha disminuido el embarazo adolescente. Esto no se debe solo al acceso a la anticoncepción sino también en trabajar en que las jóvenes tengan perspectiva de futuro, donde la maternidad temprana no sea la primera opción sino su capacitación. Un Vuelvo a Estudiar que les permite regresar a la escuela, una nueva oportunidad a través de un programa que les permite capacitarse para tener una reinserción social. Hemos creado empresas sociales, una experiencia única, que hace que jóvenes capacitados junto al sector privado construyan procesos de inserción laboral. No hay barrio de la ciudad donde no hayamos abierto calles, llevado infraestructura. Hemos generado procesos de participación y de discusión sobre cómo mejorar el barrio. Nadie en Rosario no tiene a más de quince cuadras un centro de salud, nadie no tiene a más de cuatro cuadra un transporte público, no tiene a más de quince cuadras un centro comunitario, un centro de convivencia barrial, no hay nadie que no reconozca que hay 8 mil jóvenes en situación de mayor vulnerabilidad insertos en un programa, becados, capacitándose y peleando el futuro en una sociedad que si no estuviera el Estado los condenaría a la pobreza y la exclusión.
Mónica Fein: El valor de lo público en Rosario es tan claro que prácticamente no hay actores políticos que lo discutan. Incluso muchos de los que en el resto del país se lanzan contra el Estado, en Rosario no se animan a hacerlo. Eso es porque hemos construido una cultura diferente en treinta años de gestión.
Hace poco tiempo estuvimos con el gobernador Miguel Lifschitz en uno de los Fonavi. Hace cuarenta años que se construyeron en la ciudad, cuando mucha gente no tenía escritura. Hemos dado miles de escrituras para que la gente sea poseedora de su lugar. También, junto a la provincia, hemos desarrollado un programa “Mi Tierra, Mi Casa”, que genera procesos comunitarios y sociales para que la gente pueda acceder a un terreno.
Por otro lado, la economía social no solo se ve en las huertas urbanas agroecológicas sino las 700 ferias de microemprendedores organizadas por el Estado, las 250 cooperativas que trabajan unidas al Estado en un proceso de inclusión social. No hay ninguna de las áreas que no incluya esta visión humana del desarrollo social. De modo que, el 50% de nuestro presupuesto está destinado a la política social, en un sentido amplio y fortaleciendo a aquellos que más necesitan de la política pública para insertarse en el mundo tan global.
Verónica Irizar: En Rosario es notable el cambio de mentalidad respecto de lo estatal. Incluso quienes no son usuarios de lo público valoran lo público. En este contexto, en el que nuevamente un gobierno nacional plantea políticas para achicar el Estado, Rosario sigue mostrándo una salud y una educación pública de calidad que es valorada por la ciudadanía.
Rosario enfrentó varias crisis a partir del cooperativismo. En la crisis de 2001 muchos de los políticos del socialismo rosarino iban a las asambleas barriales y se ensayaron lógicas municipales para la resolución local de una crisis nacional. ¿Cómo relatarían esa experiencia y qué saldo dejó?
M.F: Sin dudas el 2001 significó un quiebre para todos los argentinos y un descreimiento de la política. Entonces había que transitar esa realidad en asambleas donde se discutía que la política no servía. Ahí el gran actor fue Hermes Binner que planteó salir a discutir con la sociedad y encontrar en los pocos recursos que teníamos, cómo jerarquizábamos qué hacer. Recuerdo que en uno de los distritos más humildes se discutía en el 2001, cuando se tenían muy pocos recursos, jerarquizar la distribución de leche priorizando a los menores de 1 año. Una mujer se paró y dijo que además de leche quería que existiera una prioridad de anticonceptivos, era necesario que no se rompiera ese programa que venía dándose. Y ese intendente a través de un convenio con las ciudades que luchan contra la pobreza de Ginebra, consiguió que llegaran anticonceptivos desde allí hasta Rosario. Ese proceso se fue consolidando en múltiples procesos de autogestión, aparecieron emprendedores que salieron a poner el pecho para parar la olla. Cada uno ponía su saber e iba peleando esa realidad. Tomamos espacios que estaban vacantes de la ciudad y empezamos a promover que ahí hubiera huertas. Hoy Rosario tiene una producción agroecológica que se comercializa en cada una de las ferias, tiene un cordón verde agroecológico, incluso metropolitano en la ciudad. Basta venir a la Feria del Patio, una feria estable pero también todas las semanas hay otras ferias donde se vende esa producción agroecológica. Hay familias que viven de la producción agroecológica en la ciudad.
Mónica Fein: No nos imaginamos ningún proceso de la ciudad sin construirlo junto a los vecinos. Cada uno de los temas, desde los más desafiantes como la igualdad de género, los discutimos con las organizaciones sociales de la sociedad civil. No pensamos en un Estado que tiene los saberes exclusivos sino creemos que tiene que encontrarse con la sociedad civil para construirlos.
Además, decidimos crear la Secretaría de Economía Social porque era necesaria la creación de una secretaría para la dimensión del emprendedurismo que tiene la ciudad. No solo tenemos las ferias programadas y acompañadas por el Estado, tenemos cursos para que cada uno de los que tienen saberes puedan desarrollar esa capacidad y poder llevarla adelante con un emprendimiento. Pronto vamos a inaugurar un galpón a orillas del río Paraná, donde cualquiera con una mirada de derecha hubiera dicho que ahí podría haber un gran shopping, nosotros vamos a poner un punto de referencia del emprendedurismo en la ciudad, creativo y cultural. Esta es una ciudad de emprendedores y se manifiesta en todas las acciones que realiza. También hay ferias autogestionadas porque nos dimos cuenta de que si bien el Estado debía acompañar, tenía que promover que la gente se asociara para generar, planificadamente, ferias en distintos puntos de la ciudad pero fundamentalmente para poner a disposición sus saberes, sus herramientas y salir adelante. Así que la Secretaría de Economía Social es una referencia a nivel nacional porque nadie tiene una secretaría de este tipo que, junto con el Ministerio de Producción y la Secretaría de Producción, desarrollan actividades de fortalecimiento de cada uno de estos procesos de emprendedurismo.
Uno los últimos ataques de los años recientes, tanto de la derecha de Cambiemos como de sectores vinculados al kirchnerismo, ha sido la cuestión del narcotráfico. Es sabido que este tema no es exclusivo de la provincia de Santa Fe, sino que ha explotado también en sitios como la provincia de Buenos Aires. ¿Cuál es la respuesta que se da a esta situación?
M.F: El tema del narcotráfico fue utilizado para estigmatizar a Rosario porque es falaz pensar se elige una ciudad para desarrollar estas actividades, en todo caso se elige un país o una región. Es complejo el desarrollo de este delito, se vincula con fronteras, hidrovías, rutas nacionales y nuestra ciudad lo ha sufrido al igual que nuestro país. Tal vez de una manera diferente, con una organización diferente. Pero aquí las bandas delictivas que hoy están presas por asociación ilícita gracias a que hubo un gobierno provincial que decidió cambiar la justicia, crear nuevas formas para poder enfrentar estas organizaciones delictivas. Hoy la ciudad ha enfrentado con una mirada integral el problema de la seguridad, con una mirada social y de inclusión, pero también con investigación de la criminalidad. Santa Fe tiene una ley de decomiso de vienes ilícitos que ha sido ejemplo en los bienes que ha puesto a remate. Tiene a las bandas más importantes presas, y obviamente también a los policías que fueron cómplices.
La ciudad ha mejorado en el tema de la violencia urbana, pero siguen siendo un desafío desde los distintos niveles del Estado para abordar la problemática en forma coordinada. Creo que quien mira el narcotráfico como un problema solo de una ciudad o una provincia, solo está haciendo un uso político de ello, porque requiere una acción seria y coordinada del gobierno nacional. La realidad es que la gobernadora de la provincia de Buenos Aires vive en una base militar, no porque sí, sino porque comprende la dimensión del problema. En ese camino tenemos que comprender la dimensión del problema y trabajar juntos.
Rosario ha mejorado sus indicadores de violencia. El año pasado tuvimos una leve subida en la violencia urbana y estamos trascurriendo un año de mucho trabajo, sobre todo, entre los más jóvenes. Uno de los temas que más enfocamos es generar a partir de la política pública que los jóvenes tengan oportunidades diferentes, para que no sean captados por los grupos de violencia.
V.I: Han intentado mancharnos utilizando el aparato de los medios nacionales cuando, en realidad, Rosario no escapa a la realidad de la Argentina. Es un delito complejo que, como decía Mónica, no elige una ciudad, sino un país o una región donde actuar. Nosotros hemos trabajado fuertemente desde el gobierno de la provincia mejorando la policía, aumentando los años de capacitación para ser policía, mejorando las condiciones de la policía, incorporando tecnología inteligente, una central del ojo, mejoramos también la justicia provincial y haciendo una reformulación del sistema procesal penal, invertimos en un edificio nuevo, hemos nombrado casi setenta fiscales para la ciudad de Rosario. Uno de los problemas que nos surgen a la hora de actuar ante este problema, es que el narcotráfico no es un delito provincial sino federal. Eso nos pone en una situación compleja pero aun así hemos dado la cara, hemos dado todas las explicaciones. De hecho, la banda más importante que ha operado en la ciudad, “Los monos”, ha sido atrapada gracias a una decisión del gobierno y a la policía provincial. Fue juzgada por la justicia provincial dentro de los delitos provinciales que pudimos comprobar: asociación ilícita, robos, homicidios. Después llegó la justicia federal e intentó tumbar el proyecto de juzgarlos por narcotráfico. Entonces hay que ser serio y la política se tiene que hacer responsable, no se puede usar este tema donde la ciudad tiene la misma estructura que tenía hace cuarenta años en términos de la justicia federal. Por un lado, no llegan las fuerzas federales, y para que lleguen tiene que hacerse cargo de ello el gobierno provincial pagando viáticos, alojamiento, lo cual es poco lógico en un esquema federal de gobierno. Por otro lado, la justicia federal solo tiene tres fiscalías en la ciudad para investigar delitos complejos como el narcotráfico, trata de personas, tráfico de armas, lavado de activos, las cuales tienen solo diez personas cada una, incluido el fiscal y el secretario. Entonces es una vergüenza que no halla una estructura que investigue a fondo, cuanto tanto el gobierno actual como el anterior planteaban el tema en la ciudad, pero cuando uno mira qué han hecho para combatir este flagelo no ha habido decisiones políticas que estén fortaleciendo el sistema de la justicia ni de las fuerzas federales para poder avanzar en la lucha contra el narcotráfico. No así nosotros hemos trabajado en desbaratar las principales bandas que operaban en la ciudad hasta donde las leyes nos lo permiten en términos de los delitos
Una de las experiencias centrales en Rosario fue el desarrollo de una política cultural activa y diversa. Me refiero a las estrategias ideadas en su momento por la Chiqui González y desarrolladas y amplificadas por los diferentes agentes culturales de la ciudad como Marcelo Romeu y Horacio Ríos, entre otros. ¿La sociedad sigue valorando experiencias como la Isla de los Inventos o El tríptico de la infancia? ¿Cómo encara Rosario la mirada cultural de las generaciones futuras?
V.I: Hemos avanzado no solo desde esos espacios que mencionas, sino también en descentralizar la cultura en los barrios. Sobre todo, en la gestión de Mónica ha habido un proceso muy fuerte de descentralizar la cultura entendiendo que es una herramienta de inclusión muy fuerte. Hoy en la ciudad hay talleres culturales, de música, de animación, de dibujo, de comic, entonces los niños de Rosario de los barrios más vulnerables pueden acceder a ellos y eso no pasa comúnmente en el resto de las ciudades. Por otro lado, tenemos los centros de convivencia barrial, hay 32 en la ciudad, que también abordan la niñez con un programa de inclusión educativa en la primera infancia, antes de adquirir la educación formal. Hay un trabajo muy coordinado entre todas las políticas culturales, sociales, de educación y, obviamente, desde el deporte al que entendemos como fundamental para ese proyecto de inclusión de los niños y los jóvenes. Venimos trabajando sostenidamente desde el Plan Abre con los clubes de barrio. Políticas culturales como el Hoy en mi Barrio permiten que la familia del barrio vuelva al club, a apropiarse, a trabajar y permite, a su vez, el encuentro de clase de distintos segmentos socioeconómicos y de distintas generaciones. Por lo tanto, entendemos que se trata de instituciones de integración muy fuerte. Además de las políticas culturales del Plan Abre, se acompaña con inversiones en infraestructura, como piletas, tinglados, canchas, vestuarios, baños. Es una inversión fuerte y sostenida que marcan una impronta particular de la ciudad. Como desafío para el futuro estamos pensando en el tema de los cuidados, tanto por la igualdad de varones y de mujeres, como con el tema de los niños y la primera infancia. De cara al futuro estamos pensando un proyecto de servicio social del cuidado comunitario. Hemos llevado adelante varias experiencias barriales, en lugares críticos donde está el centro de salud también funciona un centro comunitario. Allí trabajan voluntarios y organizan comunitariamente el cuidado de los niños y ese creo que es un camino que tenemos que fortalecer en la próxima gestión de la ciudad.
Verónica Irizar: Hay un trabajo muy coordinado entre todas las políticas culturales, sociales, de educación y, obviamente, desde el deporte al que entendemos como fundamental para ese proyecto de inclusión de los niños y los jóvenes.
Rosario es una ciudad que cumple con el protocolo del aborto no punible, está en una provincia que produce misoprostol y para aquellas mujeres que quieren ser madres hay una política de parto respetado. ¿De qué se trata toda esta política?
M.F: Hace muchos años que cada política que aplicamos tiene la mirada de género: la entrega una chapa de taxi, donde hay un porcentaje destinado a mujeres; en el ingreso a distintos trabajos; en el presupuesto participativo, donde se promueve la participación de la mujer. Cada una de las acciones que realizamos tiene perspectiva de género. Particularmente, el tema de la salud se trabaja desde hace mucho tiempo desde esta perspectiva. Cada uno de nuestros centros de salud ha trabajado en la comprensión y el acompañamiento de la situación de cada mujer, en todo su proceso de vida, lo que permite acompañarla en los momentos más difíciles, detectar violencias y poder darle una respuesta. Muchas veces, los centros de salud y los centros de convivencia son lugares donde las mujeres plantean su problema de violencia y donde se la puede abarcar, acompañar y sacar de esa situación de violencia. También entendemos que pueden decidir sobre su cuerpo, por eso hay en cada centro de salud una respuesta a un embarazo dentro de los protocolos existentes y la medicación necesarias cuando está dentro de las causales legales existentes.
También acompañamos a través del programa Equidad Educativa. Si una chica en secundaria queda embarazada y continúa su embarazo, la municipalidad la beca y no es incompatible con ninguna otra asignación que tenga. Se la acompaña, se hacen talleres para que pueda seguir en la escuela, para que también reflexiones sobre su futuro, de una maternidad quizás temprana, que no vuelva a repetirla, que sepa cómo evitar relaciones violentas. Tenemos más de 700 chicas que han pasado por este programa y que fueron acompañadas en el proceso de tener un hijo. En el mismo sentido, acompañamos el parto, todo su proceso es un concepto de entender qué es una relación de parto, preparto y recuperación unida al afecto. Tenemos indicadores que cambian las estadísticas en la ciudad, del sector privado al sector público. El número de cesáreas que hace el sector público es la mitad de la que hace el sector privado pero, además, hemos comprobado que con el parto respetado, donde la relación piel a piel del niño con la mamá es un proceso que rompe el esquema de separarlo rápidamente, ha disminuido la necesidad de internación en neonatología. Nos ha demostrado que dejar que un niño cuando nace tenga contacto con su mamá unos minutos permite disminuir los problemas respiratorios que teníamos y nos obligaba a internarlo en neo. Así que, no solo respeta y acompaña la vida de cada mujer, sino que también demuestra que de esa manera mejoran los indicadores sanitarios.
Rosario ha sido puesta como ejemplo, todos los centros de salud tienen la medicación correspondiente para acompañar la interrupción de los casos causales, de escuchar y saber que la decisión de una mujer que quiere interrumpir el embarazo no puede ser no oída por quien la ha atendido durante toda la vida. No se trata de llegar a una guardia, sino que lo que corresponde es ir a quien la atendió toda la vida y contarle lo que le está pasando y encontrar del otro lado un vínculo que se ha ido construyendo a lo largo de su vida y que es necesario continuar. Creo que Rosario es un ejemplo de ese trabajo. Otro trabajo poco conocido, es que aquí trabajamos el tema de la diversidad sexual. Acompañamos con hormonas a todas aquellas personas que quieran empezar este proceso, hacemos implantes mamarios a quienes quieran y de forma gratuita. Entendemos que eso es acompañar las decisiones de las personas, con un Estado cercano que promueva los derechos, que entienda y respete la vida de cada uno. Acompañando al nacer, en el sufrimiento, en la trasformación de cada una de las personas que viven en esta ciudad.
Mónica Fein: Rosario tiene una política con perspectiva de género que es transversal a todas las áreas de la ciudad. Pero, además, hay que destacar la política de salud en la que se aplica el llamado “parto respetado”. Y, esto no es menor, todos los centros de salud tienen la medicación correspondiente para acompañar la interrupción del embarazo en las causales contenidas en el Protocolo de aborto no punible.
V.I: Hemos sido pioneros en este aspecto. Llevamos casi treinta años en políticas de igualdad de género. Se empezó por las cuestiones elementales de la educación sexual y reproductiva y de los planes de igualdad de oportunidades, con una mirada trasversal del tema en términos de las políticas públicas. Fui secretaria de Hacienda y Economía durante la primera gestión de Mónica Fein, es allí que se crea un Instituto Municipal de la Mujer, entiendo que este era un eje fundamental de la ciudad y que teníamos un gran trabajo por delante. También implementamos un presupuesto sensible al género, es decir, pasamos un tamiz de todas las políticas públicas que se dan en la ciudad. Se trata de un nuevo clasificador presupuestario que permite visualizar cuántas políticas tienen injerencia en la lucha por la igualdad, cuantas de una manera indirecta generan condiciones en las mujeres para la igualdad y cuantas de manera directa generan igualdad de oportunidades. Empezamos con menos del 20% del presupuesto en ese camino, hoy tenemos el 49,7% del presupuesto de la ciudad. Entonces, hay una mirada respecto de generar cambios y condiciones de igualdad. El tema de la salud ha sido clave, Hermes Binner siendo Secretario de Salud entregaba anticonceptivos como reguladores del ciclo, en un momento en el que no existían normativas en la materia. En cuanto al tema del protocolo de la interrupción legal del embarazo se da desde el 2012, con un abordaje muy amplio en relación a la salud para evitar muertes por abortos clandestinos. Cuando se tiene una política en el marco de la salud pública respecto de la interrupción del embarazo, se demuestra seriamente que puede evitar las muertes, sobre todo en mujeres jóvenes y pobres. Creo que hoy esta grieta que intentan instalar entre pañuelos verdes y celestes, y hay que encontrar un conjunto de consensos que evitan muertes evitables. Los propios equipos de salud cuentan que en general la mayor parte de las mujeres que llegan a un centro de salud con la inquietud de interrumpir el embarazo, salen de allí convencidas de llevarlo adelante. Hemos sido pioneros en un proceso serio, de un abordaje integral de la salud con los equipos interdisciplinarios, psicólogos, médicos, y demás profesionales de la salud, de cómo si uno implementa un tema como interrupción del embarazo los resultados se ven en términos de políticas públicas. También sucede con el embarazo adolescente. La ciudad viene haciendo un trabajo sostenido que nos permitió el año pasado cerrar con la menor tasa de embarazo adolescente de la historia, 35 por cada 1000, cuando la media nacional está en el orden de 65 por cada 1000. Eso es fruto de la planificación, de la implementación de políticas y de la decisión de la equidad educativa de acompañamiento de las mamás jóvenes y adolescentes.
Verónica, ¿cuáles son para vos los desafíos como candidata a intendenta por el socialismo en el Frente Progresista para Rosario?
V.I: Lo primero es cuidar a Rosario. Es importante que la grieta no entre a Rosario porque sería un fracaso y un retroceso para la ciudad. Creo que nosotros somos la opción que permite cuidar a Rosario de la grieta, porque tanto de un lado como del otro, han discriminado a la ciudad. Se puede ver en lo que ha pasado con la deuda de coparticipación con el fallo de la Corte que generó el kirchnerismo por no cumplir con la ley de coparticipación, fuimos de las pocas provincias que llegamos hasta la Corte en el 2009 para reclamar que no se estaba cumpliendo con la coparticipación. Luego de la sentencia de 2015, Cambiemos tampoco está cumpliendo con estos recursos que son de los rosarinos y los santafecinos. Creo que es importante trasmitir que necesitamos cuidar esta ciudad distinta, con el mejor sistema de salud pública, con espacios públicos, con acceso a la cultura, con el Plan Abre. Hay que cuidarla para que la grieta no se lleve puesto lo que tanto esfuerzo nos ha costado conseguir. Rosario tiene condiciones y potencial únicos. Somos la ciudad con una ubicación estratégica, con un puerto del cual se exporta el 78% de la producción agropecuaria del país, con un aeropuerto que está siendo transformado y que nos conecta con el mundo y nos permite pensarnos como una ciudad de turismo, tenemos universidades, centros de investigación científica, un polo tecnológico. Además, vamos a trabajar para repensar la matriz productiva de la ciudad y generar un plan de competitividad, pero no en términos del mercado, de maximizar la utilidad de los grupos inversores sino de pensar cómo damos un proceso de crecimiento económico de la ciudad sostenido que nos permita incluir a través del trabajo y marcar el rumbo del desarrollo productivo del país. Queremos demostrar que cuando se tiene en claro el plan de desarrollo productivo es posible llevar adelante un proyecto de inclusión por el empleo y eso va a ser uno de los ejes de la gestión. También estoy convencida que el tema de seguridad y la violencia urbana están muy ligados a la situación de pobreza que se vive. Porque hay 32%, la desigualdad que hay en nuestra sociedad genera violencia. Así que vamos a trabajar fuerte en ese sentido. También tenemos el desafío de modernizar el Estado y como Hermes planteó los distritos y una descentralización del Estado. Hoy tenemos que animarnos a llevar adelante una segunda descentralización, pensar un Estado inteligente, un Estado en tu mano, en tu celular. Así, se facilita a los ciudadanos los trámites, las habilitaciones y eso también está ligado con el proceso de producción. Además, permite que el ciudadano se sienta parte de los servicios públicos que presta el municipio, la energía urbana, el alumbrado, el trasporte. Entonces tenemos que repensar la ciudad de cara a construir una ciudad más inteligente. Esa es una línea de trabajo que vamos a tener, al igual que el tema del orden y del control de la ciudad, en el que estamos trabajando para tener mucha más coordinación en términos de presencia del Estado en la calle y de cumplimiento de las normas de convivencia. Mónica ha mandado un nuevo código de convivencia al consejo, creemos que es necesario que se discuta y luego el Estado haga cumplir la normativa porque tiene que mejorar el orden y el control.
V.I: Tenemos muchos desafíos por delante. Pero el más concreto, al que nos tenemos que abocar hoy es cuidar a Rosario. Es importante que la grieta no entre a Rosario porque sería un fracaso y un retroceso para la ciudad.
Mónica, ¿cuáles son los desafíos según tu consideración? ¿Y cómo creés que puede encarar Verónica esos desafíos desde el gobierno municipal?
M.F: Verónica es una persona con la que tuve el orgullo de trabajar. Fue mi secretaria de Hacienda, promovió el presupuesto de igualdad de género que nos permitió medir cuántos recursos el Estado local invertía para igualar oportunidades entre varones y mujeres, de forma directa e indirecta. Hicimos que cada contador en cada espacio de la municipalidad no solo mirara números y presupuestos, sino que mirara cuánto contribuía a generar igualdad. Verónica encabezó ese lugar, luego como concejal recorrió y se conectó con cada proceso de nuestra ciudad. Por eso, creo que va a ser la mejor intendenta de Rosario.
M.F: Verónica va a ser la mejor intendenta de la ciudad. Con su capacidad y sus ideas, va a darle un nuevo aire a la ciudad. Va a demostrar como, desde un gobierno local, se pueden construir nuevos procesos de inclusión, nuevos procesos de empleo y de generación de oportunidades.
Todo lo que hicimos en la ciudad es una base pero son muchos más los desafíos por delante. Hay una realidad muy desigual, mucha pobreza que el gobierno nacional ha hecho crecer. Somos argentinos y esa realidad nacional se refleja en Rosario. Creo que la potencialidad de la ciudad va a marcar un rumbo diferente en el país. Verónica va a liderar ese proceso, para unir nuestra capacidad innovadora. Las seis universidades, entre ella la UNR, que está presente en cada una de las políticas públicas. Gracias al desarrollo biotecnológico y tecnológico, el desarrollo productivo de Rosario incluye en el trabajo. Verónica va a demostrar cómo una ciudad, desde un gobierno local, se pueden construir nuevos procesos de inclusión, nuevos procesos de empleo y de generación de oportunidades. Va a seguir profundizando las cosas que hemos hecho. Hay muchos desafíos, sobre todo con los más jóvenes para seguir generando igualdad de oportunidades, seguir escuchándolos porque son quienes construirán una nueva cultura, una nueva sociedad y un nuevo liderazgo. Las mujeres debemos constituirnos como base para los nuevos liderazgos. Tenemos que encabezar ese liderazgo de mirada humana, de mirada social, donde se promuevan valores que nos hagan ser felices. Verónica va a encabezar este proyecto para construir el futuro Rosario sueña para el 2030.
Sobre las entrevistadas:
Mónica Fein es intendenta de la ciudad de Rosario desde 2011. Fue Diputada Nacional (2007-2011) y presidenta del Bloque Socialista en la Cámara de Diputados. Fue secretaria de Salud Pública durante las intendencias de Hermes Binner y Miguel Lifschitz. Es militante del Partido Socialista desde los 17 años.
Verónica Irizar es Concejala de la ciudad de Rosario y precandidata a Intendenta por el Partido Socialista en el Frente Progresista. Fue subsecretaria de Hacienda y Economía de la Municipalidad de Rosario durante la gestión de Miguel Lifschitz y fue nombrada secretaria de la misma cartera durante el primer mandato de Mónica Fein al frente de la Intendencia. Comenzó su militancia en el Movimiento Nacional Reformista (MNR) y en el Partido Socialista, siendo estudiante.